Hay un plan para llegar a las alturas - Con Diseño Divino - La Semana del 30 de Diciembre

Con Diseño Divino

Hay un plan para llegar a las alturas

De la Palabra de Dios:“Dios me arma de fuerza y hace perfecto mi camino. Me hace andar tan seguro como un ciervo, para que pueda pararme en las alturas de las montañas” (Salmos 18:32-33).

Ahora que el año se termina, quiero compartirte algo que habló a mi vida al comienzo de este 2015, en  Salmos 18. En mi libreta de notas lo llamé: “el plan estratégico de Dios”. Y el versículo 30 es el primero que quiero destacar:

“El camino de Dios es perfecto”.

Tú y yo necesitamos creer con nuestra mente y corazón esa verdad. Cuando ponemos nuestras vidas en manos de Dios tenemos que confiar en que su camino es perfecto. Perfecto no significa fácil, no significa que siempre me guste, no significa que todo saldrá a mi antojo. Significa que, bajo la soberanía de Dios, el camino que él ha trazado es perfecto dentro de su plan y para que mi vida le dé gloria. No podemos olvidar que fuimos creadas para alabanza de su gloria. Nuestro paso por este planeta no es para hacernos de un nombre grande, es para engrandecer el nombre de Dios. Por tanto, el camino que él nos trace será perfecto para ese propósito. Y, como un producto de esta rendición a él, nos hará vivir una vida abundante y plena.

¿Cómo podemos entonces vivirlo? Veamos los versículo del 32 al 35:

“Dios me arma de fuerza y hace perfecto mi camino.

Me hace andar tan seguro como un ciervo, para que pueda pararme en las alturas de las montañas.

Entrena mis manos para la batalla; fortalece mi brazo para tensar un arco de bronce.

Me has dado tu escudo de victoria.

Tu mano derecha me sostiene; tu ayuda me ha engrandecido.”

Primero que nada, la fuerza viene de Dios. Ese es su plan. Dios no pretende que vayamos por el mundo con fortaleza propia, ejerciendo alguna clase de poder mental. No, su estrategia es mucho más simple: él nos dará la fuerza. No necesitamos preocuparnos por trazar un camino perfecto para nuestra vida. Él lo hace.

Dios tiene un plan ascendente para nuestra vida. Un plan de llevarnos a las alturas, de gloria en gloria, como dice Pablo. Sin embargo, para poder estar en las alturas necesitamos que sea él quien afirme nuestros pasos. No es cuestión de seguir estrategias humanas. Sí, podemos leer buenos libros que nos enseñan, asistir a conferencias y demás, pero si quieres estar en la verdadera altura, tienes que ponerte en manos de Dios y dejar que él te lleve, escalón por escalón.

Eso sí, recuerda que llegar hasta allí será una batalla, y Dios te hará pasar por un entrenamiento. Si quieres lanzar flechas que lleguen lejos, es decir, proyectos, sueños, ministerios, una familia floreciente, etc., tienes que estar dispuesta a que el Señor entrene tus manos para la batalla y fortalezca tus brazos.  

Ese entrenamiento no luce del mismo modo para todos. Cada uno de nosotros necesita un adiestramiento diferente en dependencia del camino que Dios haya trazado; pero no lo dudes, llegar a esa altura implicará un entrenamiento fuerte.

Sé que Dios está haciendo eso conmigo, en distintos aspectos de mi vida. Y algo he aprendido, no desaprovechemos esas oportunidades de entrenamiento. Si él nos hace pasar por ellas, es porque sabe que lo necesitamos. Y, como dice el versículo 35, tenemos la victoria, él nos sostiene y su ayuda nos engrandece.

El plan estratégico de Dios es bueno, es seguro. Mira lo que nos dice el versículo 36: “Has trazado un camino ancho para mis pies a fin de evitar que resbalen”.

¿Estás hoy batallando porque no sabes qué camino seguir? Quiero invitarte a hacer lo mismo que hizo el rey David, autor de este salmo, en el versículo 6:

“Pero en mi angustia, clamé al Señor;

sí, oré a mi Dios para pedirle ayuda.

Él me oyó desde su santuario;

mi clamor llegó a sus oídos.”

Clama a Dios para que te muestre el camino. Acepta someterte a su plan estratégico, y verás que él escucha, verás que llegas a las alturas. Podrás decir, como David, “Enciendes una lámpara para mí. El Señor, mi Dios, ilumina mi oscuridad. Con tu fuerza puedo aplastar a un ejército; con mi Dios puedo escalar cualquier muro.”

Para vivir la vida como Dios la diseñó necesitamos estar dispuestas a seguir su plan. Ni más, ni menos.

Gracias por haberme permitido llegar hasta tu buzón en 2015.

¡Bendiciones en 2016!

© 2015 Wendy Bello

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Originally published Wednesday, 30 December 2015.

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