Construye un altar - Con Diseño Divino - La Semana del 10 de Abril

Con Diseño Divino

Construye un altar

De la Palabra de Dios:“Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional” (Romanos 12:1, LBLA).

No debe ser nada fácil que Dios te diga: “Empaca todo, incluyendo a la familia, y salgan a donde yo los llevaré”. En esa declaración falta un detalle súper importante… ¡el destino! Cuando Dios le dio esta orden a Abraham no le brindó detalles. No le dijo dónde se encontraba el nuevo lugar al que marchaban; solo le dio un mandato, y una promesa. Y Abram, ese era su nombre en aquel momento, obedeció.

Hace unos días estuve releyendo Génesis y por supuesto, la historia de esta familia. Realmente tendríamos mucha tela por dónde cortar aquí, y sin dudas, material para una novela o película. Ninguno de ellos fue perfecto, ¡al contrario! Sin embargo, vale recordar las palabras de Pablo en Romanos:

«Tales cosas se escribieron hace tiempo en las Escrituras para que nos sirvan de enseñanza. Y las Escrituras nos dan esperanza y ánimo mientras esperamos con paciencia hasta que se cumplan las promesas de Dios» (15:4).

Uno de los propósitos de Dios al conservar el Antiguo Testamento para nosotros es justo ese, que aprendamos de lo que otros vivieron antes.

Así que, ¿por qué titulé este artículo «Construye un altar» y qué tiene que ver Abraham con todo esto? Ya verás que mucho.

Me dediqué a marcar en mi Biblia todas las veces donde se menciona que Abraham construyó un altar y adoró a Dios. ¡Fueron varias! En los momentos grandes de su vida, Abraham edificaba un altar para adorar a Dios, y como memoria de lo que Dios había dicho o hecho.

Evidentemente la familia estaba presente, vieron esta práctica del anciano líder y la imitaron. Lo hizo Isaac, lo hizo Jacob también. Y así sucesivamente.

Ahora bien, ¿qué es un altar? Dice el diccionario bíblico de Easton que es una estructura, por lo general de piedra, donde se ofrecen sacrificios. Evidentemente, los que hemos creído en Jesús no necesitamos hacer un altar ni ofrecer sacrificios porque ya Cristo ocupó ese lugar y lo hizo de una vez y para siempre.

¿Qué significa entonces para nosotros, ahora, construir un altar? En mi opinión, implica que donde estemos hagamos un lugar de adoración, que nuestra vida sea un sacrificio vivo a Dios que se ofrezca por entero a él (Romanos 12:1), y que la práctica de adorar no sea algo que limitamos al domingo sino nuestro estilo de vida.

Dios tuvo una relación especial con Abraham, tanto así que él le llamó «mi amigo». Creo que esa relación creció en gran manera porque Abraham fue un adorador, alguien que, con sus fallas y limitaciones humanas, vivió para adorar y amar a su Dios. ¿Cómo lo podemos afirmar? ¡Ni siquiera la negó su hijo! Él sabía en quién había creído. Abraham edificaba un altar porque esa era su manera de decirle a Dios: ¡tú eres lo primero para mí!

Quiero aprender esto de Abraham, quiero vivir «edificando un altar» cada día. No solo de palabras, no solo con canciones, sino con la rendición de mi vida. Abraham murió en buena vejez, fue bendecido por Dios sobremanera, y se convirtió en un paladín de la justificación por la fe. Y todo comenzó por un sí y un acto de adoración.

¿Le imitaremos?

Esa es la vida como Dios la diseñó.

Wendy

© 2019 Wendy Bello
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Originally published Wednesday, 12 April 2023.

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