Amar no es fácil - Con Diseño Divino - La Semana del 3 de Febrero

Con Diseño Divino

Amar no es fácil

De la Palabra de Dios:“Sobre todo, vístanse de amor…” (Colosenses 3:14, NTV).

Amar no es fácil. Punto. Y lo digo tan categóricamente porque en verdad solo se puede amar de una manera, a la de Dios. Fue Dios quien inventó el amor y por tanto, cualquier otra definición que queramos darle a este acto voluntario, tantas veces confundido con un sentimiento, es algo así como tratar de corregir con crayolas una pintura de van Gogh o de cualquier otro famoso. Es imposible.

De modo que amar no es fácil, porque el estándar es muy alto. Puedo recordar las múltiples ocasiones en que deliberadamente he escogido un camino que no es el más excelente, para usar la terminología de Pablo. Todavía estoy aprendiendo a amar y creo que seguiré en esta escuela por el resto de mi vida. Quizá no soy la única.

Es por eso que en estos días estamos estudiando con nuestros hijos cada una de las palabras que define al amor perfecto en 1 Corintios 13. Hemos hablado de las veces en que no nos hemos mostrado amor. Hemos usado el perdón. Hemos tenido conversaciones profundas porque el amor no es superficial. El amor de verdad no se conforma con lo que ve, el amor cava hasta encontrar las raíces.

Sí, mi querida lectora, porque amor de verdad es mucho más que chocolates, y tarjetas. Es mucho más que una celebración o una linda cena. El amor de verdad se ensucia las manos levantando al que cae, seca las lágrimas, abraza cuando no quiere, da sin esperar, agradece porque conoce el idioma del contentamiento y la gratitud. El amor real vive sin máscaras, sobre todo donde más vulnerable es, en casa. El amor, con diseño divino, es amor que perdona y no regresa a recorrer lo andado.

Esa clase de amor hace que el egoísmo huya avergonzado. Ese amor camina más allá de la milla extra. Ese amor se viste de honestidad pero no agrede.

No, amar no es fácil. Muchas veces le buscamos sustitutos, lo acomodamos, le ponemos precio al amor. No es de extrañar que los dos primeros mandamientos empiecen con el mismo verbo: amar. Dios sabía cuánto nos costaría… sabía en verdad que nos resulta imposible, por eso decidió escribir amor con letras rojas y dolorosas, en la cruz.

El amor de Jesús cubre todo pecado. El amor de Jesús hace que aunque tú y yo luchemos con nuestro amor muchas veces mediocre e imperfecto, Dios pueda abrazarnos y darnos entrada en la eternidad.

Hace casi 22 años de que mi esposo me declaró su amor por primera vez. Desde entonces luchamos por amarnos. Sí, luchamos por amarnos como ama Dios. Pero perseveramos. Pablo lo dijo muy bien: el amor es un camino más excelente. Podemos escoger muchos otros para transitar por la vida pero solo uno nos llevará más allá de la muerte, porque aunque la muerte es fuerte, el amor la venció.

Te invito a escoger ese camino. Será una decisión. No podrás depender de lo que sientas. Recuerda, es un verbo: amar. Y los verbos indican acción. Da un paso. El amor paciente. Otro paso. El amor es bueno. Un paso más. El amor no envidia. Sigue caminando. El amor no es orgulloso…y así, paso a paso, por este, el camino más excelente que todo lo perdona, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El camino que nos lleva a Dios porque él amó y dio…porque Dios es amor. 

Amar no es fácil, es verdad, pero nunca nadie dijo que lo bueno es fácil. Lo bueno cuesta y porque cuesta, lo valoramos y cuidamos.

Sí, amar no es fácil, y si nos queda alguna duda, podemos preguntarle a Jesús. Pero estoy segura de que al respondernos dirá: No, no fue fácil ni lo es, pero bien vale la pena.  

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Originally published Wednesday, 03 February 2016.

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